jueves, 11 de noviembre de 2010


Como el despertar de una mañana frente 
el mar jugaste desde chiquitita a ser libre.  
Tu sonrisa desnudaba cierta travesura y 
tus ojos eran cómplices de tu aventura.  
Quisiste volar, y desplegaste tus alas. 
No había duendes ni brujos, príncipes, nada.  
Estabas ahí tan chiquitita. 
Corriendo en la arena, buscando tu sueño de hada.  
Ven a jugar nuevamente carolina gota de nieve 
hechicera del alma, brillo del sol, 
canto de sirena, sigue escuchando el latido de tu corazón. 
Que yo estaré bien cerca a tu lado, mirando tus alas, cuidando tu voz. 
Creciendo se aprende, perdiendo se gana, 
disfrutar ahora el momento en el alma. 
La música, el baile, el sabor del alba, en el horizonte esta tú mañana.  
Y una voz empezó a fluir de tu garganta, queriendo gritar. 
Apurando las horas, despacio no corras, un bosque encantado será tu refugio 
y los cisnes tu guía.  Las estrellas cuidarán tu rumbo, 
y el sol te acompañará mi niña en ruina. 
Sigue riendo, sigue cantando, ya encontraras lo sabio, el amor, tu tiempo en el reloj 
de este milagro.

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