¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote
hasta sentir que enloquecí
tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver! […]
[…] Abrite los amores
que vamos a intentar
la mágica locura
total de revivir...
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